Esta mañana, al despertarme, he notado una diferencia enorme respecto a ayer. Estaba bastante oscuro, con el cielo cubierto de nubarrones espesos. En cambio, ayer hacía un sol espléndido. Pero el cielo gris plomizo no me ha impedido levantarme. Tenía que ir a trabajar y había luz más que suficiente para realizar mis actividades cotidianas. En cambio, a las plantas de mi jardín, la diferencia de luz solar les afecta mucho más que a mí.
El sol emite continuamente un amplio espectro de radiación. La parte de él que llega a la Tierra depende en gran medida de dónde nos encontremos y de las condiciones meteorológicas. Cabe señalar que el espectro en sí es mucho más estable que su intensidad. Aunque varía ligeramente según la ubicación y el tiempo que hace, salvo durante el amanecer y el atardecer, su arco es siempre parecido y abarca desde la luz ultravioleta (UV) hasta la infrarroja (IR).